Limpieza Facial

Una limpieza facial es un procedimiento estético que elimina la suciedad, el exceso de grasa, las células muertas y otras impurezas acumuladas en la superficie y en los poros de la piel del rostro. Su objetivo es mantener los poros despejados, prevenir imperfecciones como el acné, mejorar la textura de la piel, equilibrar el pH y potenciar la absorción de otros productos cosméticos, lo que resulta en una piel más sana, luminosa y revitalizada.

¿Qué incluye una limpieza facial?

Una limpieza facial puede ser diaria con productos específicos o un tratamiento profundo una o dos veces por semana. Los pasos pueden incluir:

  • Higiene: Lavar el rostro con un limpiador suave y adecuado para el tipo de piel.

  • Exfoliación: Eliminar las células muertas y desobstruir los poros.

  • Extracción: Eliminar puntos negros y comedones, es decir, "granitos" que se presentan en la piel.

  • Hidratación y Nutrición: Aplicar productos que hidraten y nutran la piel para restaurar su equilibrio.

  • Evaluación Profesional: Un experto puede evaluar la condición de la piel para adaptar tratamientos específicos.

Beneficios de la limpieza facial

  • Previene el acné: Al mantener los poros limpios, se reduce la aparición de puntos negros y brotes.

  • Mejora la textura de la piel: Ayuda a que la piel se vea más luminosa, suave y tersa.

  • Estimula la regeneración celular: Favorece la renovación de la piel y reduce el envejecimiento prematuro.

  • Optimiza la absorción de productos: Una piel limpia absorbe mejor los tratamientos cosméticos.

  • Equilibra el pH: Ayuda a regular el equilibrio natural de la piel.